Desde finales del mes de agosto se iniciaron los preparativos para el inicio de curso en los centros educativos de México, Venezuela, España y Colombia (Palmira). Aunque en gran parte de América las medidas sanitaria impiden, por el momento, el retorno a las clases presenciales, en Europa ya se ha retomado la actividad en las aulas cumpliendo con los protocolos previstos por las autoridades y con una gran implicación de equipos directivos, personal docente y no docente, alumnos y familias.
Si ya, de por sí, es complicado el inicio de un nuevo curso con toda la carga de trabajo que conlleva la organización de horarios, distribución de aulas y docentes, programaciones didácticas, calendarios de reuniones, actividades, etc., este año, a todo ello, se han unido los protocolos para prevenir los contagios por COVID-19. Distancia de seguridad, toma de temperatura, horarios diferentes de entradas y salidas para evitar grandes concentraciones de gente, y un largo etcétera son los elementos que están configurando el inicio de este nuevo curso.
A pesar de todo, el trabajo de los equipos directivos, el compromiso del personal docente y no docente y la colaboración de alumnos y familias están haciendo que las dificultades iniciales se vayan superando satisfactoriamente. No cabe duda que esta situación insólita, y la experiencia del inicio de curso en Europa con todas estas medidas, servirán como referencia a otros países que, previsiblemente, retomen la actividad presencial en las aulas en los próximos meses.
Haciendo una valoración general de esta 'vuelta al cole', lo más destacado, quizás, es la ilusión con la que educadores y alumnos han retomado esta nueva etapa. Fueron muchos meses sin ese trato personal y, ahora sí, hemos comprobado que es un elemento fundamental para la educación. La tecnología, las plataformas educativas, las videoconferencias, las actividades online son recursos maravillosos que han venido para quedarse y enriquecerán mucho nuestra dinámica educativa. Pero, qué duda cabe, el encuentro personal, el cara a cara, el compartir cada día, el mirarse, el hablar frente a frente, el disfrutar de juegos juntos, son aspectos irrenunciables.
Aún son muchas las incertidumbre, los temores, las sorpresas para los próximos meses. Por el momento nos quedamos con esta ilusión con la que, a pesar de las dificultades, se ha iniciado este nuevo curso en el que, en familia EDUCAR, buscaremos juntos la Verdad.
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